Ocho semanas de meditación consciente (que es centrarse en la consciencia sin prejuicios de sensaciones y sentimientos) puede cambiar el cerebro.
Es decir, que algo considerado como espiritual, nos transforma físicamente mejorando así nuestro bienestar y calidad de vida.
Conocer cuál ha sido el proceso de evolución de nuestro cerebro nos ayuda a entender muchos de los comportamientos que están presentes en nuestro día a día. Conocer de dónde viene nuestro instinto de supervivencia o la capacidad de razonar, la conciencia del "yo", el manejo de los sentimientos, entre otros muchos aspectos de la vida, esto a su vez nos hace conocedores del por qué de nuestra existencia.
Es por ello que ganamos mucho cuando ayudamos a nuestro cerebro a funcionar mejor a través del aprendizaje intelectual, la práctica de actividades artísticas y deportivas y la práctica de la meditación o Mindfulness.
Cada pensamiento nuevo nos conduce hacia una nueva forma de ser, lo que quiere decir que nos convertimos en lo que pensamos y hacemos.
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