Nuestro comportamiento está condicionado por un sistema primitivo de actuación que viene dirigido desde el cerebro, encargado de huir ante el peligro, pero también contamos con otro cerebro más desarrollado que nos permite ver que dicha amenaza no era tal y conducirnos a replantear nuestra respuesta, tomar las decisiones desde la razón y así poder gestionar mejor nuestras emociones.
Ayudémonos pues a sentir la calma ante los momentos difíciles que se nos puedan presentar en la vida, a través de la respiración y el autocontrol de nuestros pensamientos.
Tengamos compasión de nosotros mismos, tratémonos con cariño y amabilidad, recibir autocompasión tiene los mismos efectos que cuando somos cuidados por otros, se estimula de igual modo el sistema de relajación.
“Se trata de tomar las decisiones desde la razón, de responder conscientemente, no de actuar llevados por las reacciones que disparan nuestras instancias cerebrales más primitivas.”
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